LA SOCIOLOGÍA EN MÉXICO: ENTRE TENDENCIAS Y PENDIENTES
- arminfernandezr
- 16 ago 2017
- 5 Min. de lectura
La Sociología ayer y hoy
La Sociología comienza a vislumbrarse desde los intentos de Auguste Comte (1798-1857) para consolidar una ciencia social que estuviera apartada de las especulaciones filosóficas y metafísicas que, según él, alejaba su integración al mundo científico donde se encontraba la biología, la física, la química y las matemáticas. Bajo esta tendencia, Comte le asignó el carácter positivo a la Sociología confiriéndole su cientificidad; este carácter “implicaba una educación del hombre, para que tomase una actitud positiva respecto al estado de cosas existente” (Marcuse, 1994, p. 319).
En México, el positivismo llegó con varios autores y personajes ilustres de la clase política mexicana, entre ellos destaca Gabino Barreda, quien fue alumno de Comte, y dio paso a la aplicación de esta ciencia en el ámbito nacional. De allí, la primera acción de la Sociología como ciencia estuvo marcada por la fundación y publicación de la Revista Mexicana de Sociología en 1939 (Moya y Olvera, 2013). Sin embargo, la Sociología en principio tiene dos vertientes que a lo largo del tiempo se fueron consolidando como excluyentes entre sí mismas: por un lado, se encontraba la ciencia basada en el positivismo y su reacia tarea de dominación y, por otro lado, se encontraba la corriente que más que una Sociología crítica, daba una explicación del desarrollo de la sociedad a través de la lucha de clases.
El Marxismo tomó su auge en México a partir de las reivindicaciones obreras y campesinas que se dieron en el siglo XX a nivel mundial y cobró fuerza con la Revolución Mexicana, y posteriormente con el movimiento ferrocarrilero y la lucha estudiantil de 1968. De allí, surgieron dos corrientes que posteriormente entrarían en crisis a partir del contexto internacional. La caída del Muro de Berlín en 1989, dio paso a la proclamación del “Fin de la historia” y posteriormente el “Fin de las ideologías” con miras a detentar un modelo “innato” a la sociedad. El capitalismo se forma como una nueva doctrina que se debe producir y reproducir.
Actualmente, resulta extraño encontrar a alguien que se proclame marxista en el sentido de increpar la socialización de los medios de producción; hoy solo queda la “mirada crítica” que se genera a partir de la acumulación de capital a costa de la humanidad y los recursos naturales. El eje económico se ha establecido como el elemento de mayor peso, y se han dejado de lado elementos como la esfera política, los medios de comunicación, los movimientos sociales, la educación como acción libertadora, la migración y otros elementos como variables a considerar en términos cualitativos y cuantitativos.
Las nuevas tendencias, viejos pendientes
No cabe duda que el conocimiento avanza “… y lo único que podemos hacer es generar más, actualizar el que tenemos y no regresar al que no sido superado” (Olmedo, 2015:226) y con ello las nuevas líneas de investigación que se generan en las universidades mexicanas que dan como resultado el establecimiento de nuevas formas de abordar temas que tenía un corpus epistémico en proceso de consolidación.
Sin embargo, el inundar las investigaciones con ellas no significa que los problemas de antaño que la sociedad mexicana arrastra se hayan disipado. El no hablar de ellos no presupone su término o si quiera su existencia, al contrario, maximiza su relevancia por ser temas que se han vuelto radicales (que están en la raíz) y que no se han tomado como elementos para explicar buena parte de la realidad actual.
La dialéctica, término en decadencia dentro de los ámbitos académicos, se vuelve imprescindible para entender y comprehender la realidad; aunado a la historia, estos elementos deberán considerarse imprescindibles para enriquecer el conocimiento.
Sigue habiendo problemas que desde la Sociología se pueden y deben abordar, sin embargo, han quedado en segundo plano. La investigación realizada por Dimitri della Faille (2011) menciona 15 subcampos donde las investigaciones sociológicas en México se han enfocado; estos subcampos se pueden agrupar a su vez en tres categorías: partidos políticos, movilización humana, conflictos espacio-sociedad. Sin embargo, se siguen relegando temas tan actuales como la participación de los medios de comunicación, el desarrollo sustentable, los movimientos en contra de los megaproyectos, educación, cultura, gentrificación, la modificación del espacio y la esfera pública, etc.
Esto es importante de enfatizar: si la Sociología se especializa en líneas de investigación que parten a través de las modas teóricas, pronto se volverá en una ciencia limitada por su propio actuar. Los estudiantes de esta ciencia deben dar el giro a los problemas locales y regionales que identifican, para establecer los conceptos, teorías y métodos que puedan ayudar a enriquecer las flaquezas teórico-metodológicas que la Sociología presenta en diversas áreas de la vida social.
Los estudiantes de Sociología y la RNES
La Red Nacional de Estudiantes de Sociología es un proyecto ambicioso; resulta curioso que siendo una ciencia que se encarga de estudiar la organización y las relaciones sociales entre los individuos carezca de organismo de representación que enarbole las demandas y amplíe las direcciones de la misma a partir de la participación de los estudiantes.
La intención de este proyecto fue en primera instancia generar un espacio de intercambio de opiniones, experiencias y propuestas de investigación entre los estudiantes de Sociología de las diferentes universidades del país. Proyecto que hasta la fecha incluye a más de diez universidades y que ha generado congresos y encuentros en diferentes sedes para hacer debate, diálogo… dialéctica.
El camino no ha sido fácil y prueba de ello ha sido la constante lucha por parte de los integrantes en rotar los cargos para evitar el anquilosamiento de personas que se vuelven “imprescindibles” y llegan a convertirse en la representación del proyecto para poder perpetuar su participación, empero, esto lo único que provoca es la confrontación y el decremento del mismo proyecto ante los estudiantes, que aventureros en la lucha dan todo a cambio de nada.
Como proyecto en construcción, se han tenido grandes avances y prueba de ello es la presente revista, que tiene como objetivo generar un espacio para el inicio de estudiantes en temas de publicación y generación de conocimiento teórico-metodológico. La producción intelectual en la academia reviste una lucha encarnizada por la producción de conocimiento en cantidad y no de calidad para mantener los “estándares de competencia” que organismos institucionales condicionan a los programas de posgrado para proporcionarles apoyos económicos a sus estudiantes… estamos ante la vulgarización de la ciencia, y la Sociología no escapa de ello.
La RNES ha tomado parte importante de las demandas de los estudiantes: por un lado, ha dado su postura ante los actos cometidos por el Estado en contra de la sociedad como lo fue en Asunción Nochixtlán, Oaxaca en 2016, así como los conflictos que los estudiantes han encarado desde sus propias trincheras para salvaguardar su integridad e incluso su propia carrera ante los reclamos institucionales de tener pocos alumnos matriculados o que incluso dicha carrera carece de importancia.
En fin, es una lucha de todos los días, ya que la Sociología más que ser una ciencia con la cual vemos el mundo, es un modo de vida para actuar en él. Incomoda y si no es así, no es Sociología.
Conclusión.
En el presente trabajo se establecieron elementos generales que explican parte de la trayectoria de la Sociología en México, su situación actual y las acciones que realizan los estudiantes desde su trinchera para darle vida y color a una ciencia que siempre se ha catalogado como incómoda y hasta cierto punto inservible. Si en el campo laboral, los egresados parecen condenados a realizar y aplicar cuestionarios, es por la falta de oportunidades para enaltecer una carrera que puede analizar la información social de muchas maneras.
Es cuestión de los estudiantes en reivindicar su propia profesión, hacerla suya y coadyuvar en la resolución de los grandes problemas de la sociedad mexicana. Cuando ese día llegue, la sociología entrará en una nueva etapa.

Bibliografía
Faille, D. d., 2011. De cómo la globalización dio forma a la sociología mexicana. Sociológica, Issue 74, pp. 147-176.
Marcuse, H., 1994. Razón y revolución. Barcelona: Altava.
Moya López, L. A. & Olvera Serrano, M., 2013. La histografía de la sociología en México: balances y una propuesta de interpretación desde la historia conceptual. Sociológica, Issue 80, pp. 7-40.
Olmedo Neri, R. A., 2015. El estructuralismo: perspectivas de una corriente en decadencia. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas, pp. 223-226.
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