LA POBREZA EN MÉXICO, UN DATO ANACRÓNICO
- ARTÍCULO DE RAÚL OLMEDO
- 28 jul 2016
- 2 Min. de lectura

La pobreza siempre ha existido. Es parte ineludible del sistema capitalista; para que los ricos existan, se necesitan personas pobres. Y aunque en todos los países del mundo hay pobres, lo cierto es que no son igualmente pobres, es decir, no es lo mismo un pobre en Estados Unidos o Alemania, a uno de México o Brasil. Esto se debe en primera instancia a las condiciones económicas y de desarrollo social que tiene cada país; mientras que hay países desarrollados, hay otros que intentan a pasos acelerados alcanzar esa utopía disfrazada.
Sin embargo, la pobreza no se reduce meramente a la carencia o ausencia de lo económico, sino como Amartya Sen lo ha descrito en sus publicaciones, la pobreza se expande a sectores de la vida como lo espiritual, lo cultural e incluso lo personal. Así la persona más rica puede ser la más pobre del mundo. Contradicciones propias de este sistema.

Recientemente, para el caso mexicano, se ha dado una polémica sobre las modificaciones en las fórmulas que INEGI utiliza para medir el índice de pobreza en el país; las modificaciones realizadas hicieron que estadísticamente miles de personas dejaran de ser pobres. Los fines políticos que esto conlleva son claramente una tentativa para sumar puntos a favor de la actual administración que, en un intento desesperado intenta mantener una estabilidad discursiva hacia la población.
Además del maquillaje estadístico, los intentos (paliativos) para combatir la pobreza dejan mucho qué desear cuando los directores de las distintas Secretarías federales hacen comentarios ilógicos que sólo encienden la inconformidad de los mexicanos. Vivir con 12 pesos al día más que ilógico, es un insulto al sentido común y sobre todo a la realidad que vivimos día a día.
La pobreza no sólo es un momento temporal, sino un estado que puede prologarse en el tiempo hasta trascender generaciones. El ciclo de la pobreza se reproduce a partir de producir las condiciones que permiten que la gente prefiera insertar a sus hijos en el mundo laboral y clandestino de los infantes, en vez de que estudien para un mejor futuro. Las políticas mexicanas para combatir la pobreza tienen un fondo político específico que se denomina clientelismo, es decir se condiciona el apoyo para obtener fines políticos que permitan mantener en el poder la clase política mexicana tan sui generis.
En fin, en otra oportunidad les hablaré sobre cómo es que se ha formado la clase política mexicana y los métodos que ha utilizado para mantenerse en el poder. Mientras tanto, si la pobreza no sólo es económica y se extiende a otros factores sociales, cabría preguntarse si se puede aplicar a la carencia de intelecto político.
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